La Iglesia católica en Portugal, criticada y dividida por su reacción al informe de pederastia
La jerarquía de la Iglesia católica portuguesa está en el ojo del huracán, criticada desde el exterior y dividida en sus rangos a raíz de su respuesta a la publicación de un informe demoledor sobre religiosos pederastas.
"La posición tomada por la conferencia episcopal ha sido una desilusión. Es insuficiente en todos los puntos importantes", declaró el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, conservador y ferviente católico, en una entrevista el viernes el diario Público.
Hace una semana, los obispos portugueses se reunieron en la ciudad santuario de Fátima (centro) para analizar y sacar conclusiones de un informe publicado a mediados de febrero por una comisión independiente que ellos mismos habían encargado en 2021.
Este grupo de expertos recogió más de 500 testimonios y reveló que miembros del clero de ese país abusaron sexualmente de al menos 4.815 menores desde 1950.
La jerarquía de la Iglesia los encubrió de forma "sistemática", añadió el documento, en un país donde el 80% de la población es católica.
En Fátima, la conferencia de obispos pidió perdón oficialmente a las víctimas y prometió crear un memorial en su homenaje, pero se mostró evasiva sobre la creación de una instancia capaz de seguir escuchándolas ni sobre una posible indemnización.
- Suspensión de sacerdotes -
Pero todavía son más inciertas las acciones contra los miembros del clero denunciados en la comisión independiente y aún en funciones.
La respuesta del presidente de la conferencia episcopal, el prelado de Leiria-Fátima José Ornelas, que consideró que correspondía a cada obispo gestionar los casos en sus diócesis, fue muy criticada.
El cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, provocó aún más indignación cuando dijo que los obispos no estaban capacitados para suspender a los religiosos denunciados porque una decisión tan "grave" tiene que ser el resultado de "hechos probados" reconocidos por el Vaticano.
Varios obispos portugueses se alzaron contra esta visión y, según la prensa local, un grupo de sacerdotes fue temporalmente apartado en estos últimos días.
El propio presidente de la conferencia episcopal reconoció que su intervención no había sido "adecuada" y que "la magnitud del fenómeno exige una respuesta de la Iglesia".
"No conseguí transmitir el mensaje que quería", dijo monseñor José Ornelas en una entrevista en el semanario Expresso publicada el viernes.
- Reacción "minimalista" -
Los obispos están divididos entre una mayoría que ve en el informe el punto de partida de una acción más firme, y una minoría que defiende una reacción "minimalista", explica a la AFP el periodista Antonio Marujo, de la web especializada en temas religiosos Sete Margens.
Y aunque "la lógica del más mínimo denominador" marcó la primera reacción de la conferencia, sigue "pendiente de aclaración" la cuestión "muy importante" del papel de los obispos que contribuyeron a encubrir los abusos, prosigue.
El tema será crucial en la visita del papa Francisco a Portugal con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, a inicios de agosto en Lisboa, porque será en ese momento que se erigirá un monumento para homenajear a las víctimas.
El pontífice argentino, que en 2019 prometió librar una "batalla total" contra la pederastia, podría aprovechar el momento para reunirse con víctimas, indicó el obispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar, a cargo de la organización de esta cita mundial de jóvenes católicos.
Los diputados portugueses decidieron el jueves por unanimidad prolongar el plazo de prescripción en casos de abusos sexuales a menores, y pronto van a interrogar a los responsables de la comisión independiente y de la Iglesia.
(O.Agard--LPdF)