"Impotencia": A paso lento avanza el rescate de atrapados por alud en Ecuador
Las esperanzas de encontrar sobrevivientes se extinguen con el paso de las horas. Tras dos días de operaciones de rescate, los socorristas trabajan este martes contra reloj en la búsqueda de más de 70 desaparecidos por un alud en el sur de Ecuador, según el más reciente balance.
"Aquí está mi hija, aquí está mi nieta, está mi familia entera (...) Yo quisiera que eso entiendan, el dolor que estamos pasando", dice a la AFP Carlos Maquero en medio del derrumbe y con la voz quebrada por el llanto.
Un pedazo gigantesco de la montaña se desprendió la noche del domingo en Alausí, en la provincia de Chimborazo, unos 300 km al sur de Quito. El lodo sepultó parte del pueblo y dejó al menos ocho muertos, 71 desaparecidos, 30 heridos y 163 casas afectadas, según el balance más reciente.
Maquero, un comerciante de 40 años, reclamaba impotente los cuerpos de sus allegados, ante el lento y difícil trabajo de excavación en la zona.
Socorristas con perros de rescate y lugareños remueven la tierra y levantan escombros día y noche.
"Nos da una impotencia que no hagan nada", solloza Carmen Quiroz, cuya cuñada "quedó enterrada con los bebés y los papás".
En Ecuador las intensas lluvias provocan estragos desde enero. La semana pasada el gobierno declaró el estado de emergencia en 13 de las 24 provincias, con el fin de mover recursos económicos para atender a los damnificados de inundaciones y deslizamientos.
En Alausí, familiares de los desaparecidos piden a las autoridades el ingreso de maquinaria para remover la tierra y agilizar la búsqueda.
Tras una breve visita a la zona del derrumbe el lunes, el presidente Guillermo Lasso aseguró en Twitter que las labores de rescate continuarán "el tiempo que sea necesario".
- Miedo -
Una ligera llovizna cayó esta mañana en Alausí, un municipio donde habitan unas 45.000 personas. El temor reina.
"Tenemos miedo de que se deslice otra vez y nos quedemos sin nada", señala a la AFP Carmen Gavilanez, de 65 años.
El gobierno dispuso tres albergues para atender a los afectados y ordenó evacuar 600 viviendas cercanas a la zona del derrumbe, que cubre un área de 24,3 hectáreas.
Los rescatistas escarban son cautela las toneladas de tierra acumulada, ante la mirada de los familiares de las víctimas.
"Se vuelve casi imposible hacer una remoción total (de escombros) y realmente lo que se encuentre, si se encuentra, serán cuerpos", dijo apenada Adriana Guzmán, del equipo de bomberos de Cuenca.
La zona donde se produjo la tragedia estaba en "alerta amarilla" desde febrero por la lluvias. Además, las autoridades habían alertado sobre el hundimiento de la vía en el sector donde se produjo el alud.
Antes del deslave, Ecuador ya reportaba 22 personas fallecidas y más de 6.900 viviendas afectadas por las fuertes precipitaciones.
El año pasado en enero, una lluvia torrencial que duró cerca de 17 horas hizo colapsar un embalse, provocando un aluvión que mató a 28 personas y dejó 52 heridos en Quito.
(A.Laurent--LPdF)