Rusia ordena detención provisional de periodista de EEUU acusado de "espionaje"
La justicia rusa impuso este jueves dos meses de detención provisional al periodista estadounidense Evan Gershkovich, del Wall Street Journal, acusado de "espionaje", un caso sin precedentes en la historia reciente del país, que provoca "preocupación" en Estados Unidos.
La detención del periodista se produce en un contexto de represión contra la prensa en Rusia, que se ha intensificado desde el inicio de la ofensiva contra Ucrania. El conflicto ha tensado aún más las relaciones entre Washington y Moscú.
El servicio federal de seguridad ruso (FSB) anunció el jueves que el reportero fue detenido en Ekaterimburgo, a más de 1.700 km al este de Moscú, por sospechas de "espionaje". No se ha precisado cuándo tuvo lugar el arresto.
Gershkovich, de 31 años, se declaró no culpable de las acusaciones, según la agencia oficial rusa TASS.
Las autoridades lo detuvieron de manera provisional hasta el 29 de mayo, aunque la fecha podrá extenderse a la espera de un posible juicio.
Según Tass, el caso ha sido clasificado como "secreto", lo que restringe la publicación de información al respecto.
El servicio federal de seguridad ruso acusa al reportero estadounidense de "espiar para el gobierno estadounidense" y de haber recabado información "sobre una empresa del complejo militar-industrial" ruso.
El delito de espionaje está castigado en Rusia con penas de entre diez y veinte años de prisión, según el artículo 276 del código penal.
Antes de incorporarse al Wall Street Journal en 2022, el periodista trabajó para la AFP en Moscú y anteriormente, para el sitio en inglés The Moscow Times. Gershkovich habla perfectamente ruso; su familia emigró de Rusia a Estados Unidos cuando era niño.
- "Purgas" -
El WSJ dijo estar "profundamente preocupado por la seguridad" de Gershkovich, negó los cargos contra su reportero y solicitó su "liberación inmediata".
La Casa Blanca denunció por su parte una detención "inaceptable" y el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se dijo "profundamente preocupado" por su detención.
La Unión Europea condenó también el arresto del reportero. "Las autoridades rusas demuestran una vez más su desdeño sistemático por la libertad de los medios", escribió el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Rusia ha traspasado una línea, opinó a su vez el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), basado en Nueva York.
El Comité "ha señalado claramente a los corresponsales extranjeros que no se librarán de las purgas en marcha contra los medios independientes", añadió.
El Kremlin, en cambio, aseguró que el reportero fue descubierto en "flagrante delito" y advirtió contra cualquier forma de represalia hacia medios rusos en Estados Unidos.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su alarma ante "la creciente tendencia de acosar, detener o algo peor a periodistas solo por hacer su trabajo", según un portavoz, Stephane Dujarric.
Desde el inicio del conflicto en Ucrania el 24 de febrero de 2022, Rusia votó varias leyes que castigan con duras penas cualquier crítica al gobierno o asimilan algunas investigaciones periodísticas a actos de espionaje.
- Intensificación de la represión -
Según la analista política rusa independiente Tatiana Stanovaya, el FBS podría haber tomado al periodista "como rehén" con vistas a un intercambio de prisioneros.
El viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, dijo tras ser preguntado sobre un posible intercambio de prisioneros, que hay que ver "cómo evoluciona" este caso.
Varios ciudadanos estadounidenses se encuentran actualmente en prisión en Rusia.
Entre ellos figura Paul Whelan, un exmarine de 53 años detenido en 2018, que cumple una condena de 16 años de cárcel por espionaje.
En el último año se han producido varios intercambios de prisioneros de alto nivel entre ambos países.
En diciembre, Moscú liberó a la estrella del baloncesto estadounidense Brittney Griner, detenida por introducir aceite de cannabis en el país, a cambio del traficante de armas ruso Viktor Bout.
La prensa rusa y los periodistas críticos con el Kremlin son a menudo objeto de persecuciones penales en Rusia, algo de lo que en general se libraban hasta ahora los periodistas extranjeros.
Paralelamente, se han endurecido las condiciones de expedición de acreditaciones para periodistas extranjeros, que también son seguidos a veces por los servicios de seguridad, especialmente cuando trabajan fuera de Moscú.
(H.Leroy--LPdF)