Ucranianos desplazados adornan huevos de pascua para los soldados
En un apacible restaurante en el oeste de Ucrania, la panadera Olena, desplazada por la guerra en su país, utiliza una aguja con cera para escribir sobre un huevo un mensaje que se ha vuelto omnipresente: "¡Gloria a Ucrania!".
La mujer de 50 años originaria del puerto de Odesa posteriormente bañó el huevo cocido en tinte azul, lo sostuvo sobre una llama, y luego removió cuidadosamente la cera derretida.
"Lo más importante ahora es que Ucrania gane", dijo ella, emocionada hasta las lágrimas en su delantal blanco y pelo atado en una red.
"Estos huevos serán enviados a los soldados en la línea de combate", dijo.
Decenas de miles de ucranianos se han instalado en la ciudad occidental de Leópolis y muchos más han pasado por allí en su camino al exterior desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero.
El miércoles en un popular restaurante georgiano, más de una docena de mujeres y niños decoraron huevos cocidos y panes tradicionales de pascua de amarillo y azul, los colores de la bandera ucraniana.
Hornearon 290 pasteles en dos días para ser bendecidos por los capellanes militares en el este del país, antes de que los soldados puedan comer el pan dulce con frutas secas.
- "Orgullosos de ustedes" -
Los voluntarios envolvieron las hogazas en papel blanco y cintas y a cada uno le pusieron un mensaje escrito a mano.
"Estamos orgullosos de ustedes. Les enviamos abrazos", dice un mensaje escrito por una mujer de la ciudad oriental de Járkov, cerca de la frontera rusa.
"Ustedes son lo mejor, el ejército de Ucrania vencerá", se leyó en otro.
Anastasia Rozhkova, una estudiante de derecho desplazada, comentó que la inspiración llegó fácil.
"Me senté y escribí 15 mensajes en tres segundos porque me imaginé lo que le diría a la persona si la tuviera al frente", dijo la joven de 20 años de la región oriental de Donetsk, desplazada dos veces por el conflicto.
"Lo escribí desde el corazón", aseguró.
Dijo que su madre y dos hermanos menores se refugiaron en Francia, pero que ella se quedó en el país para ayudar a otras familias desplazadas.
Yuliya, una economista de 44 años también de Donetsk, observó a su hijo Ivan, de siete años, cubrir un huevo de pascua en una taza de tinte azul.
Ambos huyeron a Leópolis al inicio del conflicto, contó ella, mientras que la federación nacional de baloncesto se llevó a su hijo de 17 años y sus compañeros de equipo a Letonia.
Su voz se quebró cuando describió lo que sitió al ver en redes sociales el aviso para recolectar huevos de pascua, pasteles, equipos de afeitar y calcetines.
"Yo sabía que tenía que venir", aseguró.
(F.Bonnet--LPdF)