El Juli, leyenda del toreo, se despide de los ruedos
A sus 41 años y tras una larga carrera que arrancó como un niño prodigio, el matador español El Juli se retira de los ruedos este fin de semana con sendas corridas de toros en Las Ventas de Madrid y la sevillana Maestranza.
El toreo le viene de su más tierna infancia. Según contaba su padre Julián allá por los años 1990, El Juli daba pases a un toro imaginario con apenas dos años de edad y armado de un trapo de cocina.
"No es una retirada, es el final de una etapa que por cierto ha sido maravillosa. Sobre el futuro sólo el tiempo dirá", escribió en una publicación en su cuenta de Instagram el matador, que ya en julio anunció su despedida.
Según explica, la decisión fue "difícil", pero la toma "con la más absoluta felicidad por haber cumplido todos [sus] sueños", desde que hace 25 años tomara la alternativa. A partir ahora, dice, podrá dedicar más tiempo a su familia.
La despedida de Julián López Escobar "El Juli" tendrá lugar en dos templos de la tauromaquia, con una primera corrida en Las Ventas, este sábado, y otra el domingo en la Maestranza de Sevilla, con los diestros Morante y Daniel Luque y toros de la ganadería de Garcigrande.
Considerado como uno de los grandes matadores de su generación, El Juli se dio a conocer como un joven prodigio de los ruedos.
Nacido en Madrid el 3 de octubre de 1982, es el hijo de un novillero y banderillero que, con el mismo apodo, hizo carrera en los años 1970 pero tuvo que retirarse por una lesión.
Como regalo de primera comunión, el pequeño Julián toreó su primera becerra, con ocho años.
A los diez entró en la escuela de tauromaquia de Madrid, donde causó sensación entre sus profesores pese a su pequeña estatura (1,50 m).
Por entonces, el director de la escuela taurina de Madrid, Gregorio Sánchez, decía que no se le podían dar muchos consejos a este pequeño genio "porque ya lo sabe todo".
- Una talento precoz -
En 1997, el director de la plaza francesa de Nimes, Robert Pilès, fue condenado a una multa de 10.000 francos por haber hecho torear a El Juli en septiembre de 1995, cuando no tenía ni 16 años, la edad mínima requerida legalmente.
El "Mozart de la tauromaquia", como lo llamó su abogado, se vio sin acceso a las plazas en Francia y en España. Pero optó entonces por ir a torear a México, donde se convirtió rápidamente en una estrella.
De vuelta en Europa tomó la alternativa en Nimes el 18 de septiembre de 1998, con José María Manzanares de padrino y Ortega Cano de testigo. Cortó dos orejas.
Al año siguiente fue el torero más activo de la temporada, con 135 corridas. Según las estimaciones de la época, ganó el equivalente de 10 millones de euros, con apenas 17 años.
Cornadas recibió muchas, como dejó de manifiesto en su mensaje de despedida, en el que da las gracias a los cirujanos, "ángeles en momentos difíciles y dolorosos" a cuyas manos se confió en 18 ocasiones.
Para el empresario de Las Ventas de Madrid, el francés Simon Casas, El Juli se distingue no sólo por "su compromiso y su coraje sino por su técnica más allá de lo común, ya que encuentra la respuesta a todas las dificultades que le plantea el toro".
"Desde muy joven, este superdotado intuía al animal", añade Casas en declaraciones a AFP.
Según Casas, El Juli se retira en el buen momento.
"Se va en el cénit de su gloria. Muy pocos toreros han tenido una carrera tan larga manteniéndose en el top 5. Hay que saber parar".
(O.Agard--LPdF)