"Mariúpol 2": Cannes se asoma a la vida diaria bajo las bombas en Ucrania
El Festival de Cannes se asomó este jueves a la vida diaria bajo las bombas y los disparos en Ucrania, a través del documental "Mariúpol 2", del director lituano Mantas Kvedaravicius, que pagó con su vida el rodaje.
De casi dos horas de duración, el documental fue montado de forma sencilla por su equipo, tras la muerte de Kvedaravicius el 30 de marzo, a manos de las tropas rusas, según precisa el comunicado de prensa de The Match Factory.
Kvedaravicius había estado en Mariúpol, una ciudad portuaria a orillas del Mar de Azov, en 2015, cuando estalló el levantamiento de la minoría rusófila en la región del Donbás.
El cineasta regresó en febrero de 2022 "para reunirse con las personas que había conocido y filmado entre 2014 y 2015", explica el comunicado.
Sin voz off, sin música, el documental ofrece una mirada desnuda, de largos planos filmados principalmente dentro y fuera de una iglesia de la ciudad, con un grupo de refugiados, habitantes de Mariúpol que se resisten a abandonar la ciudad.
A riesgo de sus vidas, los hombres y mujeres de la iglesia salen en busca de víveres, de ropa, bajo el ruido incesante de las bombas, los disparos, a veces lejos, a veces demasiado cerca.
Dos refugiados hallan un generador de electricidad en una casa. Dos cadáveres yacen en el portal del edificio. No hay tiempo para enterrarlos, reconoce uno de ellos.
Los refugiados celebran un breve rezo para agradecer a Dios haber sobrevivido un día más.
Un hombre interviene: "si alguien duda del Señor, de su bendición, que vaya al teatro y eche un vistazo a la fosa común, o que vayan a la fábrica", explica.
Según denuncias de organizaciones no gubernamentales, centenares de personas que se habían refugiado en un teatro de Mariúpol murieron en un ataque ruso en marzo.
Los refugiados en la iglesia creen la protección divina les salvará de las bombas. En un momento del documental, un responsable local les pide que se vayan, para poder cerrar el templo. Los que están dentro se niegan, y al espectador solo le queda adivinar qué sucedera con esa gente.
Cannes arrancó esta semana con un mensaje grabado del presidente ucraniano, el ex-actor Volodimir Zelenski, que pidió al mundo de la cultura que se involucre en la denuncia de la invasión rusa.
(L.Garnier--LPdF)