Rick Owens desvela su optimismo en París, la moda joven española se asoma
Maestro de los desfiles apocalípticos, el estadounidense Rick Owens dio un giro el jueves y presentó un mensaje de optimismo en París, donde dos jóvenes creadoras españolas, Paula Canovas del Vas y Rocío Carrasco, pusieron un pie en la Fashion Week.
Owens acostumbra a desfilar en el enorme y grandilocuente patio del palacio de Tokio, a orillas del Sena, donde sus espectáculos a menudo acaban con fuegos artificiales.
Para la colección primavera-verano 2023, los modelos desfilaron entre chorros de las fuentes de agua, con vestidos de blanco roto, amarillo o rosa.
Adicto al negro y a las ropas ajustadas, Owens vistió esta vez a la mujer con vestidos voluminosos y aéreos, de color frambuesa.
Owen se declara desde hace tiempo adicto al antiguo Egipto, un país que visita a menudo. "No lo veo como una evasión sino como una manera de admirar con alivio lo que sobrevive tras innumerables guerras", explicó.
Algunos vestidos, sinuosos en cuero translucido, se inspiran de las medusas. Para su confección, Owens utiliza pieles vacunas tratadas con productos orgánicos y glicerina natural, que le da una apariencia suave y natural.
Las chaquetas, con volantes, mantienen ese diálogo con las criaturas submarinas. Algunas siluetas retoman las hombreras muy realzadas, una de las marcas de la casa Owens.
- Experimentar con el patronaje -
No muy lejos del Palacio de Tokio, en las instalaciones del Instituto Cervantes, Paula Canovas del Vas presentó una colección ambivalente, mirando al pasado muy colorido y desenfadado de los años 70, pero con cortes actuales.
Sus vestidos son ajustados y desestructurados. Mangas y hombreras anchas. A partir de la cintura, faldas tubo.
Diplomada de la escuela Saint Martins y afincada en Londres, esta joven creadora recurre a los hilos gruesos, a ovillos que prende de las pecheras. Los tonos son acidulados.
Rosa Carrasco, de 34 años, también diplomada en la famosa Saint Martins y actualmente residente en Barcelona, optó por una presentación inusual: las modelos fueron vestidas por sus ayudantes ante el público, que pudieron contemplar cómo ceñían las blusas, daban volumen a los hombros o ajustaban unas botas extralargas, negras con adornos metálicos.
"Los procesos no son rápidos, no son fáciles. Por eso lo enseñamos, para darle valor a las prendas" declaró la diseñadora a la AFP.
Carrasco también optó por recurrir a los hilos, que pendían de las cinturas. Las blusas y tejidos son de factura clásica, azules a rayas, o blanco impoluto. Pero el corte es radical: una camisa es cortada como un triángulo invertido a la altura del pecho. Los pantalones desaparecen para convertirse en flecos.
"La experimentación con el patronaje es lo más importante", explicó la creadora.
(L.Garnier--LPdF)