Le Pays De France - Pese al caos en Libia, una joven atleta se aferra a su sueño olímpico

Paris -
Pese al caos en Libia, una joven atleta se aferra a su sueño olímpico
Pese al caos en Libia, una joven atleta se aferra a su sueño olímpico / Foto: © AFP

Pese al caos en Libia, una joven atleta se aferra a su sueño olímpico

Ante la atenta mirada de su padre, la lanzadora de disco libia Retaj Al Sayeh no deja de entrenar. A pesar de la inseguridad en su país y de que está lejos de las marcas mínimas requeridas, esta joven no renuncia a su sueño de estar en los Juegos Olímpicos de París-2024.

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"Creo en mis capacidades (...), que me llevarán a lo más alto", confía esta deportista de 23 años antes de comenzar su calentamiento en la Ciudad de los Deportes de Trípoli.

Su padre, Salem Al Sayeh (60 años), supervisa la práctica como su entrenador.

En torneos locales y regionales, la joven lanzadora ha logrado tantas medallas que se le apoda en su país la 'Buscadora de Oro'. Ese estatus le hace apuntar todavía más arriba y París-2024 es su meta a corto plazo.

Estar en la competición en la capital francesa sería ya un éxito para Retaj Al Sayeh, sobre todo teniendo en cuenta las difíciles circunstancias que rodean su preparación, en un país castigado por los enfrentamientos fratricidas desde la caída de la dictadura de Muamar el Gadafi en 2011 y donde el deporte femenino está lastrado por la falta de medios o incluso por una mala consideración pública, en una sociedad conservadora y patriarcal.

"Me impongo retos a mí misma (...) a pesar de la adversidad y las dificultades en Libia, sobre todo por la falta de medios", confía la lanzadora.

- Primera medalla -

Haga viento, llueva o el sol castigue con fuerza, Retaj Al Sayeh no deja de entrenar. Más allá de la Ciudad de Deportes de Trípoli, con instalaciones nuevas, se ejercita también en otro lugar abandonado y con escombros, siempre con su padre-entrenador guiando sus pasos y dándole consejos a unos metros de distancia.

Cuando termina el calentamiento, se concentra, toma aire y da varias vueltas antes de lanzar el disco, que aterriza unas decenas de metros más allá. Su padre aplaude.

Retaj Al Sayeh debe participar en febrero en una competición en Emiratos Árabes Unidos y luego en el campeonato de África de atletismo, previsto en junio en Camerún, donde espera mejorar considerablemente su récord personal de 57 metros para alcanzar al menos 64,5 metros, la mínima requerida para tomar parte en los Juegos Olímpicos.

Ya siendo niña, Retaj Al Sayeh destacó ampliamente en esta disciplina que necesita fuerza, técnica y resistencia, y que es muy poco popular entre las jóvenes de su edad.

"En la escuela primaria (...) gané mi primera medalla de oro, en una competición escolar", cuenta a la AFP vestida de negro, con zapatillas blancas y un disco entre las manos.

Su padre fue en su día jugador de voleibol y en 1982 llegó a ser capitán de la selección libia de ese deporte. Para él, la carrera deportiva de su hija estaba clara desde muy corta edad y todavía más cuando con apenas 12 años ganó una medalla de bronce en un torneo internacional de atletismo en Catar, en el año 2012.

- "Medios limitados" -

"Mi padre siempre creyó en mis capacidades y me apoyó constantemente, moral y financieramente. Cuando tenía un revés, me animaba a levantarme y a comenzar de nuevo", señala Ratej, muy agradecida al que considera su 'fan número 1'.

"Siempre me ha dedicado su tiempo, me ha dado apoyo financiero y su energía, incluso cuando quería tirar la toalla. Él me repetía que tenía dentro una campeona olímpica y que nada debía dañar mi determinación", añade.

A pesar de la falta de medios, el padre confía en el potencial de su hija para obtener grandes logros.

"Mi familia y yo vamos a continuar apoyando a Retaj a pesar de los medios limitados que tenemos ya que cuenta con un potencial formidable para triunfar internacionalmente", asegura.

Después de una intervención quirúrgica en el espalda, la joven acaba de recuperar su mejor forma física, dejando atrás además unos años de incertidumbres.

"En 2016 viví un momento difícil y estuve a punto de dejarlo. Entonces, por culpa de la guerra, no pude obtener un visado para ir al Mundial júnior de Polonia. Me quedé muy triste, estaba segura de poder lograr el oro", indica.

Su familia le animó a continuar. Un año después fue subcampeona júnior de África, en un evento celebrado en Argelia.

"Gracias a todos los que han confiado en mí. Gracias a Dios, mi sueño olímpico se hará realidad", dice mientras se abraza con su padre.

(A.Renaud--LPdF)