Le Pays De France - Las olímpicas nacionalizadas Gu y Zhu, entre elogios y desprecio en China

Paris -
Las olímpicas nacionalizadas Gu y Zhu, entre elogios y desprecio en China
Las olímpicas nacionalizadas Gu y Zhu, entre elogios y desprecio en China

Las olímpicas nacionalizadas Gu y Zhu, entre elogios y desprecio en China

Ambas nacieron estadounidenses y representan ahora deportivamente a China, pero si bien la esquiadora acrobática Eileen Gu es alabada tras su título olímpico en Pekín, la patinadora Beverly Zhu recibe fuertes críticas tras una actuación desastrosa.

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China recurre desde hace años a nacionalizaciones de deportistas extranjeros, a menudo personas nacidas en otros países de origen familiar chino, para reforzar su estatus en algunas disciplinas donde le cuesta despegar.

Es el caso por ejemplo de sus selecciones nacionales de hockey o de fútbol. Esa última ha registrado por ejemplo la llegada de varios jugadores nacidos en el extranjero, incluyendo brasileños sin ascendencia china.

La opinión pública espera de esos deportistas nacionalizados que aporten un plus importante y eso genera una enorme presión.

La joven Eileen Gu, de 18 años y llamada a ser una de las estrellas de los Juegos de Pekín-2022, ha sabido gestionarla bien y el martes conquistó el primer título olímpico de la historia en Big Air.

"¡Participa en sus primeros Juegos de Invierno y gana el oro logrando un doble cork 1620!", escribe un usuario de la red social Weibo, en referencia a la difícil figura efectuada por la deportista en la final (4 vueltas y media en el aire). "Es, simplemente, alucinante", sentenció, en un mensaje muy compartido.

- Ataques por el mal resultado -

Las reacciones eran, por contra, muy hostiles hacia la patinadora artística Beverly Zhu (19 años), cuyos dos padres son chinos y que compite ahorra con su nombre chino, Zhu Yi.

El lunes terminó llorando tras caerse varias veces, un día después de haber sufrido también varias caídas, durante la prueba por equipos. Su pésima actuación hizo que China bajara varias posiciones.

Aunque la prensa oficial se mostró comprensiva, su falta de acierto no generó gran compasión en las redes sociales chinas, donde se sucedieron los ataques.

"No comprendo cómo alguien como ella puede representar a China", escribió un usuario de Weibo.

Algunos comentarios eran tan graves que los censores, aparentemente, borraron algunos de ellos.

China no autoriza la doble nacionalidad. Un deportista nacionalizado no conserva por lo tanto la de su país de origen.

Preguntada el martes en conferencia de prensa, Eileen Gu (llamada Gu Ailing en chino), nacida en California de padre estadounidense y madre china, no aclaró si tenía todavía pasaporte estadounidense.

Vive principalmente en Estados Unidos y dice pasar "del 25 al 30% del año" en China, donde tiene todavía parientes.

Excelente alumna y modelo, Eileen Gu tiene numerosos fans en el país asiático, especialmente por su conocimiento perfecto del mandarín y su amor por la comida local. Es también la estrella de numerosos anuncios publicitarios.

- "Sin importancia" -

Beverly Zhu, por su parte, confirmó haber renunciado a su nacionalidad estadounidense.

Tras su mal papel olímpico, numerosos internautas criticaron su mal nivel de mandarín y sus orígenes familiares. Algunos llegaron a insinuar que su plaza en los Juegos Olímpicos había sido conseguida gracias a su padre, un experto en inteligencia artificial que acudió a trabajar a China tras años en Estados Unidos.

Con el corazón dividido entre los dos países, Eileen Gu y Beverly Zhu tienen a menudo que hacer equilibrios por las tensiones diplomáticas entre Pekín y Washington.

Eileen Gu, por ejemplo, recibe a menudo críticas en Estados Unidos por su "ingratitud" ya que defiende los colores de China después de haberse formado en el país norteamericano.

Preguntada por ese tipo de comentarios, Eileen Gu mantuvo la calma y dijo ser "estadounidense en Estados Unidos y china en China", a la vez que deseó poder utilizar el deporte para reconciliar a los dos países.

"Soy una joven de 18 años que vive su vida. Que algunos estén contentos o no (por sus decisiones), no tiene importancia", sentencia.

(Y.Rousseau--LPdF)