Ministros de la UE buscan definir una respuesta unida a la crisis energética
Los ministros de Energía de los países de la Unión Europea (UE) se reúnen este viernes de urgencia en Bruselas con la difícil tarea de delinear una respuesta unida a la crisis energética desatada por la ofensiva rusa en Ucrania, que provocó un espectacular aumento de las facturas de la electricidad.
Aunque los primeros síntomas de la crisis se hicieron sentir ya a fines de 2021, la ofensiva de Rusia sobre Ucrania promovió un aumento sin precedentes en el precio del gas natural, en un cuadro que arrojó una densa nube de incertidumbre.
Hasta el inicio del año, el 40% de las importaciones europeas de gas natural provenían de Rusia, y especialmente era crítico para mantener en marcha la industria de Alemania, la locomotora del bloque.
Sin embargo, para sancionar a Rusia por la ofensiva en Ucrania la UE decidió deshacerse del gas ruso, y en represalia Moscú recortó drásticamente el abastecimiento, obligando a la UE a buscar de urgencia proveedores de substituto.
Este cuadro hizo que las facturas de electricidad y calefacción en Europa se disparen a niveles nunca antes vistos, un escenario agravado por la proximidad del invierno boreal.
El precio de la electricidad al consumidor en Europa está directamente ligado al del gas, y los ministros ahora deben buscar reformar ese mercado energético.
Ante este dramático escenario, la Comisión Europea -el brazo ejecutivo de la UE- pedirá a los ministros europeos en Bruselas que consideren un paquete de medidas de elevada complejidad y que aún no es capaz de generar unanimidad.
- Medidas complejas -
El paquete incluye ideas como adoptar un tope al precio del gas natural y también limitar los enormes beneficios de empresas que generan electricidad con dispositivos de bajo costo -como las de tipo nuclear o con energías renovables-, además de un "aporte solidario" a las generadoras apoyadas en combustibles fósiles.
Sin embargo esas propuestas aún no logran el apoyo unánime, ya que cada país teme el impacto local de las medidas lanzadas.
La ministra de Energía de Alemania, Leonore Gewessler, dijo que era necesario entablar una "discusión franca" sobre un posible impuesto de solidaridad para "empresas de energía que obtienen beneficios extraordinarios en tiempos de guerra".
Las dudas sobre la eficacia de las medidas no tardaron en hacerse evidentes.
A través de su portavoz, el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, apuntó que el conjunto de medidas lanzadas por la Comisión Europea "están en la dirección correcta, pero no son suficientes".
Según de Croo, los europeos pagan por el gas "diez veces más que los estadounidenses y el doble que los asiáticos. Esto es insostenible. Literalmente estamos dejando que nuestros hogares y nuestra industria se arruinen".
La idea de un tope al precio del gas ruso también es recibida con cautela. El presidente ruso ya advirtió que caso esa idea prospere, Rusia adoptará una suspensión total del suministro.
"No entregaremos nada en absoluto si es contrario a nuestros intereses, en este caso económicos. Ni gas, ni petróleo, ni carbón (...) Nada", añadió el presidente Vladimir Putin.
(P.Toussaint--LPdF)