"¡Al rey!": en Antigua y Barbuda, los leales a Carlos III elevan su copa
A la luz mortecina de un crepúsculo lluvioso, Mike Rose, presidente del Royal Navy Tot Club de Antigua y Barbuda, encabeza un grupo de leales a la Corona británica que, todas las noches, elevan su copa de ron a la salud del monarca en Londres.
"Al rey, que Dios lo bendiga", exclaman unas diez personas reunidas en semicírculo alrededor de Rose, orgullosas de haber honrado por fin al soberano correcto.
Porque es la primera vez desde la muerte de Isabel II, el 8 de septiembre, que no se equivocan y que brindan por Carlos III y no por su madre.
Errar es humano, especialmente cuando se ha levantado la copa por la reina todas las noches a las 18H00 sin excepción desde 1991.
"Nunca nos perdimos un chupito", dice a la AFP Rose, de 81 años, usando la palabra "tot", que refiere a la medida de la copita de ron, mientras la lluvia golpea el techo del Galley Bar frente al mar en la pequeña nación caribeña de Antigua y Barbuda.
Continúan con una tradición que remonta a 1655, cuando la Royal Navy británica comenzó a dar a sus marineros media pinta (28 cl) de ron al día. El Almirantazgo tardó casi un siglo en revisar la sabiduría de esta idea y ordenar que la ración se diluyera con agua y se dividiera en dos partes.
Sin embargo, persistieron los problemas de embriaguez crónica entre los marineros. Quizás porque, como señala Rose, tres partes de agua por una parte de ron siguen siendo una parte de ron.
En 1850 se recomendó eliminar por completo la ración diaria. Ese consejo fue ignorado, pero la Marina al menos comenzó a reducir la ración, y finalmente quedó en una octava parte de una pinta imperial, un "tot" o 71 mililitros por día por marinero.
- Día negro para el chupito -
No fue hasta 1969 que el Almirantazgo, en una respuesta escrita al Parlamento, finalmente admitió que "el tema del ron ya no es compatible con los altos estándares de eficiencia requeridos" en la Armada de Su Majestad.
El 31 de julio de 1970 varios marineros llevaban brazaletes negros al beber su último "tot" permitido. La fecha se llamó "Black Tot Day" (Día del Tot Negro).
Rose, que en ese entonces era suboficial jefe en la Royal Navy, lo recuerda bien. Y admite haber seguido bebiendo "extraoficialmente" su chupito mucho después.
Hizo toda su carrera en Antigua y Barbuda, otrora colonia británica, y allí se quedó cuando se jubiló, bebiendo su copita de ron todas las noches.
"Otras personas se sumaron en ocasiones", explica.
Rose y los demás miembros del club creen que son los únicos en el mundo que cumplen con este ritual diario.
Nunca faltó un "tot" para la reina: ni durante los huracanes, cuando los brindis fueron por radio VHF, ni siquiera durante los encierros por la pandemia de covid-19, cuando los mantuvieron por Zoom.
En Antigua y Barbuda, para ingresar a este club solo se lo puede hacer en persona, y después de una estricta selección, incluida una prueba de historia naval.
En la noche de la visita de la AFP, solo un puñado de miembros desafió el mal tiempo para llegar al bar, pero su número total ronda los 500 en todo el mundo.
Su lealtad fue recompensada en 2008, cuando el príncipe Guillermo, hoy heredero al trono británico, los invitó a almorzar a bordo del acorazado HMS Iron Duke.
- Mezcla especial -
La Royal Navy permitió la expansión del imperio colonial británico por todo el mundo.
Muchos de los 97.000 habitantes de Antigua y Barbuda son descendientes de esclavos africanos traídos al Caribe a la fuerza por los británicos.
El archipiélago obtuvo la independencia en 1981, pero desde entonces sigue teniendo al soberano británico como jefe de Estado.
Ahora, el primer ministro de esta pequeña nación quiere celebrar un referendo para romper ese último vínculo con la vieja potencia colonial, aunque es posible que la votación no se lleve a cabo hasta dentro de varios años.
Rose es escéptico sobre esta perspectiva. "Lo creeré cuando suceda", dice.
El Tot Club incluye a habitantes de Antigua y Barbuda, así como a estadounidenses, alemanes e incluso, se rumorea en el Galley Bar, a algunos franceses.
Sin embargo, la noche de la visita de la AFP, la mayoría de los presentes eran expatriados ingleses.
La muerte de Isabel II es un evento "enorme", afirma Rose.
Pero deja claro que la lealtad del club es a la Corona en general, no a la reina en particular.
Por lo tanto, sus miembros continuarán reuniéndose todas las noches para alzar sus copas del preciado ron Harbour de Antigua y Barbuda, una mezcla creada especialmente para ellos, en honor a Carlos III.
"No va a ser Isabel II", comenta Rose. "Pero por lo que he visto en los últimos días, va a estar bien".
(E.Beaufort--LPdF)