La COP27 arranca en Egipto con la difícil tarea de relanzar el combate climático
Cerca de 200 países inauguran este domingo la COP27, la cita anual de la ONU que se propone relanzar el combate contra el cambio climático en un mundo angustiado por la guerra en Ucrania y la crisis energética.
La ONU pretende que esta nueva COP sea la de "implementación" de acuerdos ya alcanzados.
El año pasado los países miembros se comprometieron por ejemplo a aumentar sus cuotas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y revisar esas metas en Sharm el Sheij.
Pero solo una veintena han anunciado hasta ahora compromisos más exigentes.
La COP27 también relanzará el debate sobre los 100.000 millones de dólares que los países en desarrollo deberían recibir anualmente de los países ricos, mediante préstamos o donaciones, para luchar contra el cambio climático.
Un proyecto solo parcialmente realizado y que lleva dos años de retraso.
El año 2022 ha sido prolífico en catástrofes naturales, que los científicos atribuyen en gran medida a la influencia humana en el cambio climático.
El combate por el clima es "una cuestión de vida o muerte", destacó recientemente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Por ello la cita de Sharm el Sheij, que se prolongará hasta el 18 de noviembre, "debe sentar las bases de una acción climática más rápida y más valiente", añadió.
- El equilibrio chino -
Las emisiones de CO2 deberían bajar en un 45% de aquí a 2030 para mantener una mínima esperanza de que el calentamiento del planeta se limite a +1,5º C, que era el objetivo más ambicioso que la COP15 de París fijó hace siete años.
Pero al ritmo actual el mundo se encamina como mínimo a un aumento de la temperatura media de 2,4ºC, incluso del 2,8ª, según los modelos más alarmistas.
El año estuvo marcado, entre otras catástrofes, por las inundaciones devastadoras en Pakistán o las destrucciones causadas en Cuba y el sureste de Estados Unidos por el huracán Ian.
Y por emisiones récord de efecto invernadero, debido a la necesidad acuciante de gas y petróleo para paliar la reducción de las exportaciones de hidrocarburos provocada por la invasión rusa de Ucrania.
Las COP anteriores se habían comprometido a reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Pero el club de los países exportadores de petróleo (OPEP) calculó esta semana que la demanda de crudo crecerá hasta 2035, particularmente en los países en vías de desarrollo.
China, mayor emisor de gases de efecto invernadero, tiene la intención de mantener un "equilibrio" de sus fuentes de energía, entre renovables y de origen fósil, anunció recientemente el presidente de la potencia asiática, Xi Jinping.
- Un diálogo sobre daños y pérdidas -
Los países ricos y en desarrollo deben firmar un "pacto histórico" para enfrentar el problema climático, pidió Guterres.
Pero la COP27 no solo arrastra pactos incumplidos, sino que enfrenta debates nuevos y complicados, como el de los perjuicios causados por dos siglos de uso masivo de combustibles de origen fósil.
Los países ricos aceptaron el año pasado en Glasgow (Escocia) abrir el capítulo de "daños y pérdidas" provocados por el cambio climático, pero solo en forma de "diálogo".
Los países en desarrollo, agrupados en el denominado G77, lograron incluir ese tema en la agenda de la COP27, que debe ser aprobada por consenso este domingo en los primeros compases de la conferencia.
Y aun así, ese asunto, que podría representar demandas por billones de dólares, en principio solo debe cerrarse en 2024.
Tras la apertura formal de la conferencia, más de 120 jefes de Estado y de gobierno tienen previsto asistir a una cumbre lunes y martes.
Xi faltará a la cita. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido desplazarse a Sharm el Sheij, pero brevemente, el 11 de noviembre.
También se espera la presencia más adelante del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, invitado inesperadamente por Egipto.
El líder de izquierda ya afirmó que la preservación de la Amazonía será una de sus mayores prioridades, tras la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien favoreció las actividades madereras y mineras en la mayor selva tropical del planeta.
Escaparate de buenas intenciones, la COP acostumbra ser también el escenario de grandes anuncios de fundaciones privadas y de gobiernos, en forma de inversiones o alianzas.
(F.Moulin--LPdF)