Le Pays De France - Vigilar la desembocadura del río Dniéper en la base ucraniana de Ochakiv bajo fuego ruso

Paris -
Vigilar la desembocadura del río Dniéper en la base ucraniana de Ochakiv bajo fuego ruso
Vigilar la desembocadura del río Dniéper en la base ucraniana de Ochakiv bajo fuego ruso / Foto: © AFP

Vigilar la desembocadura del río Dniéper en la base ucraniana de Ochakiv bajo fuego ruso

En el sur de Ucrania, a orillas del mar Negro, la base naval de Ochakiv vigila la desembocadura del Dniéper y el acceso a los puertos de Mikolaiv y Jersón.

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Los rusos no consiguieron hacerse con su control a principios de la invasión y, desde entonces, no dejan de bombardearla desde la península de Kinburn, justo delante.

La ciudad de Ochakiv, con sus playas de arena fina y sus hoteles en la costa --uno de ellos conocido por su piscina en forma de guitarra--, era un lugar muy frecuentado durante las vacaciones.

Esta imagen idílica desapareció en las primeras horas de la invasión rusa, el 24 de febrero. El puerto de la localidad y su base naval, que según el presidente ruso Vladimir Putin estaban en manos estadounidenses, fueron uno de los primeros objetivos de los bombardeos de Moscú. Ese día murieron 24 militares.

Unidades rusas intentaron efectuar un asalto anfibio.

"Organizaron una operación de desembarco en nuestro litoral. Pero nuestras fuerzas armadas, nuestras fuerzas especiales impidieron esta operación", recuerda para AFP el vicealcalde de Ochakiv, Oleksii Vaskov, durante una visita a la localidad el sábado, bajo estricta vigilancia del ejército.

Ochakiv, que tenía 15.000 habitantes antes de la guerra, se encuentra en la desembocadura del río Dniéper, que lleva hacia el este a los puertos de Jersón, y hacia al norte a Mikolaiv.

En frente, a 4,5 km de distancia, aparece el cabo de Kinburn, en el extremo de la península epónima, en la orilla oriental del Dniéper.

- Fuerzas especiales -

"Ochakiv es la puerta de las regiones de Jersón, Mikolaiv, y más lejos, río adentro, Zaporiyia, Dniéper, Kiev y otras ciudades (...) Por eso Ochakiv es estratégicamente importante, para el comercio y por razones militares", explica el vicealcalde.

Desde junio, las fuerzas rusas tienen el control de la península y es desde ella que bombardean Ochakiv.

Para neutralizarlos, "utilizamos artillería y nuestras fuerzas especiales. El objetivo es limpiar el lugar", dice a la AFP un responsable de la base naval, que requiere el anonimato.

A finales de noviembre, el ejército ucraniano anunció que sus fuerzas efectuaban una "operación militar" en la península, sin dar más detalles.

"Estamos restableciendo el control total de la región (de Mikolaiv). Nos quedan tres localidades en el cabo de Kinburn para no ser oficialmente una región en guerra", aseguró el gobernador de la región, Vitaly Kim.

Pero a principios de diciembre, el ejército ruso desmintió que las tropas de Kiev controlaran la lengua de tierra.

Según el centro de reflexión Institute for the Study of War (ISW), el control del extremo de la península permitiría "atenuar los bombardeos rusos en la costa del mar Negro", y también "aumentar la actividad naval en la región y llevar a cabo posibles operaciones para cruzar a la orilla izquierda del Dniéper".

- "Sobreviviremos" -

La semana pasada, un cohete ruso Grad alcanzó un edificio de viviendas en Ochakiv, sin causar víctimas. En septiembre, fue un silo de granos el que quedó totalmente destruido por un misil.

"El objetivo era destruir nuestra infraestructura, destruir el depósito de cereales utilizado por nuestros agricultores con la excusa de la presencia de (sistemas estadounidenses) HIMARS y otras armas aquí", explique Vaskov.

"Es una empresa civil 100%, nunca hubo un solo soldado aquí", insiste.

En otro bombardeo contra la base naval a finales de octubre, el ejército ruso indicó que había atacado un centro de entrenamiento de los servicio especiales ucranianos.

En el mercado de la ciudad, Volodimir Kojevnykov, de 72 años, espera que los rusos "sean expulsados del cabo (de Kinburn) para que cesen los bombardeos".

Oleg Klyoutchko, de 62, asegura por su parte que no teme al invierno. Solo quiere que "cesen los bombardeos. Sobreviviremos al resto", afirma.

(V.Castillon--LPdF)