Le Pays De France - En la línea del frente, los soldados ucranianos piden más proyectiles y tanques

Paris -
En la línea del frente, los soldados ucranianos piden más proyectiles y tanques
En la línea del frente, los soldados ucranianos piden más proyectiles y tanques / Foto: © AFP

En la línea del frente, los soldados ucranianos piden más proyectiles y tanques

Un viejo tanque ucraniano T-64 emerge de una red de camuflaje en un campo helado de la región del Donbás, en el este de Ucrania, donde los soldados de Kiev esperan la llegada de material bélico de Occidente.

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Desde el inicio de la invasión rusa hace cerca de un año, esos viejos aparatos a veces oxidados que datan de la era soviética han encabezado la respuesta ucraniana contra las fuerzas de Moscú, teniendo como objetivo directamente las posiciones enemigas a una corta distancia o con más profundidad atrás de sus líneas de frente.

Igor Khonko, joven de 26 años de la tripulación del T-64, no tiene ninguna duda sobre el papel clave desempeñado desde el inicio del conflicto por la primera Brigada de tanques a la que pertenecen.

"Veo esta guerra más como una de artillería, de armas pesadas, no de infantería", dice a AFP, mientras el ruido sordo de los cañones cercanos rompe el frío aire matinal.

"Por supuesto, hay combates de infantería, pero lo esencial, es la artillería, los tanques y la potencia aérea", considera el joven.

"Pienso que el curso de esta guerra cambiará cuando recibamos armas pesadas: tanques, vehículos blindados de transporte de tropas y cohetes de largo alcance", añade.

Tras muchas dudas por temor a provocar una agravación del conflicto, los occidentales finalmente aceptaron enviar tanques modernos a Ucrania, Leopard de fabricación alemana, Abrams estadounidenses y Challenger británicos.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski presentó el suministro de esos blindados como "una etapa importante para la victoria final".

Pero para Igor Khonko, estos nuevos tanques no llegarán pronto y la necesidad es urgente, según él, de disponer rápidamente de una nueva reserva de municiones.

- Fugas de aceite -

"En este momento, carecemos de proyectiles. En algunos lugares del frente, ya no utilizamos tanques", se lamenta.

Su viejo T-64, fabricado 24 años antes de su nacimiento, muestra cada día sus límites: algunos obuses quedan atrancados al momento de cargarlos, hubo fugas de aceite y el motor puede pararse de súbito, obligando a realizar urgentes reparaciones.

Signo de la vejez de estos blindados, su colega Volodimir, de 57 años, comenzó a conducir estos aparatos a mediados de los años 1980, cuando estaba entonces en el ejército soviético. Pese a algunas modificaciones, los aparatos no han cambiado mucho desde entonces.

El hombre, carpintero de profesión, que rechazó dar su apellido, se comprometió tras la invasión el 24 de febrero de 2022 a conducir de nuevo un tanque.

Maneja con habilidad la máquina de 38 toneladas en el campo a velocidades de hasta 50 km/h, en medio del ruido ensordecedor y la humareda expulsada por el motor diesel.

"Necesitamos tanques pues no tenemos nuevos", dice Volodimir, tras parar el motor.

Con los antiguos modelos "una cosa se daña y luego sigue otra y otra. Necesitamos tanques. (Los nuevos) tienen armas mejores. No se dañan", asegura.

Igor Khonko, está impaciente por recibir la formación para utilizar nuevos modelos occidentales, aunque solo ha visto por Internet los M1 Abrams prometidos por Estados Unidos.

"La capacidad de disparo y los daños causados (al enemigo) son mucho más elevados con un tanque moderno. El blindaje es mejor y la tripulación está mejor protegida", señala.

"Los Abrams tienen el mejor blindaje del mundo. Los rusos dicen que no están adaptados para este terreno, pero funcionarán", dice confiado.

- Tal vez la jubilación -

Hace año, el joven no hubiera nunca imaginado pasar su vida en la línea de frente de Donbás, atrincherado para protegerse del frío y de los obuses rusos, teniendo por única compañía la de sus compañeros y un gato adoptado.

Dice temer por la seguridad de sus padres si Rusia intensifica los ataques a medida que se acerca el primer aniversario del inicio del conflicto.

Pero con nuevos suministros de municiones y armas pesadas, él espera que Ucrania estará en condiciones en los próximos meses de recuperar los territorios conquistados por las fuerzas rusas.

Su contrato terminó en septiembre, pero se quedó. "Cuando hay guerra, no se puede uno ir", dijo.

"No pienso que fuera capaz de renunciar de todas maneras, pues no podría quedarme sin hacer nada en casa", añade.

Por su parte, Volodimir espera el fin de la guerra, el retorno sano y salvo de su hijo único que se encuentra en el frente, y él mismo tal vez jubilarse un día como ocurrirá también con los viejos tanques T-64.

(A.Renaud--LPdF)