Le Pays De France - El sismo pone bajo presión a oenegés y países occidentales en su ayuda a Siria

Paris -
El sismo pone bajo presión a oenegés y países occidentales en su ayuda a Siria
El sismo pone bajo presión a oenegés y países occidentales en su ayuda a Siria / Foto: © AFP

El sismo pone bajo presión a oenegés y países occidentales en su ayuda a Siria

El sismo en Turquía y Siria aumenta la presión hacia las organizaciones humanitarias y los países occidentales para ayudar a la población siria, sobre todo en la zona rebelde de Idlib, en el norte del país.

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Horas después del mortífero temblor del lunes, la comunidad internacional se movilizó por Turquía, enviando rápidamente ayuda de urgencia. Países como Francia, Alemania y Estados Unidos también prometieron socorrer a las víctimas sirias, pero sin enviar inmediatamente la asistencia.

"Siria sigue siendo una zona oscura, desde un punto de vista legal y diplomático", estima Marc Schakal, responsable del programa centrado en Siria de Médicos Sin Fronteras (MSF), instando a enviar ayuda "lo antes posible".

Schakal teme que las oenegés locales e internacionales se vean sobrepasadas en un país arrasado por casi 12 años de guerra civil que enfrenta a una multitud de bandos -fuerzas gubernamentales, rebeldes, yihadistas y kurdos entre otros- y en el que están presentes tropas de varios países extranjeros.

El gobierno de Bashar al Asad, apoyado por Irán y Rusia, está aislado internacionalmente y sometido a numerosas sanciones.

La ayuda es crucial porque "la situación de la población ya era dramática", insiste el profesor Raphaël Pitti, un responsable de la oenegé francesa Mehad, especialmente preocupado por la provincia de Idlib.

Uno de los principales problemas es el acceso a este último bastión controlado por rebeldes y yihadistas, donde viven 4,8 millones de persones, dice.

- Puntos de acceso -

Casi toda la ayuda humanitaria que llega a esta región desde Turquía pasa por Bab al Hawa, el único punto de acceso, obtenido por resolución de la ONU.

Enviar la ayuda a través del territorio sirio controlado por Damasco sería complicado a nivel diplomático. También supondría que el régimen oficial acepta dar estar ayuda a la población de las zonas rebeldes y que los beligerantes se ponen de acuerdo en su distribución.

El paso de Bab al Hawa, que Damasco y Moscú denuncian como una violación de la soberanía siria, sigue siendo provisional y se va reduciendo con el tiempo. Bajo la presión de Rusia y China, el número de puntos para cruzar ha pasado de cuatro a uno.

Tras la tragedia del lunes, que por el momento ha dejado más de 1.500 muertos y cuyo balance no deja de crecer, el régimen de Damasco, sancionado por la comunidad internacional desde el inicio de la guerra en 2011, ha pedido a los países que envíen ayuda.

El embajador sirio en la ONU, Bassam Sabbagh, aseguró el lunes que esta ayuda sería "para todos los sirios en todo el territorio". Pero puso una condición: que esta asistencia sea distribuida desde el interior del país, bajo control gubernamental.

- "Canales habituales" -

"Los accesos a partir de Siria existen, pueden coordinarse con el gobierno y estamos dispuestos a hacerlo", precisó el diplomático, rechazando la posibilidad de llevar la ayuda por los accesos transfronterizos.

Francia y Alemania no quieren comprometerse.

"Se trata de ayudar a personas en dificultades tras este terremoto y esta ayuda debe llegar a la gente a través de todos los medios posibles", dijo una fuente gubernamental alemana, añadiendo que Berlín utilizaría "los canales habituales" de las oenegés.

Francia podría estar menos presente que "en otras crisis", en la medida de que es "incómodo" ir a un país al que no reconoce legitimidad, estima Emmanuel Dupuy, presidente del Instituto Prospectiva y Seguridad.

Para Raphaël Pitti, las zonas bajo la autoridad de Damasco recibirán probablemente ayuda internacional. "Como siempre ha sucedido desde hace 10 años", puntualiza.

Pero el profesor teme que la población de Idlib, entre los que hay "2,8 millones de refugiados", sea dejada de lado, máxime cuando las autoridades turcas ya están desbordadas con sus propias zonas devastadas por el terremoto.

(O.Agard--LPdF)