Países occidentales castigan a oligarcas rusos por la guerra
La decisión de los países occidentales de extender sus sanciones contra Rusia a los oligarcas y sus activos en todo el mundo, representa un avance significativo para hacer que Moscú pague por su invasión de Ucrania, afirmaron defensores de la lucha internacional contra la corrupción.
Estados Unidos, la Comisión Europea, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá anunciaron la noche del sábado en un comunicado conjunto el lanzamiento "la semana próxima de un grupo de trabajo transatlántico".
Ese grupo tendrá la misión de "asegurar la puesta en marcha efectiva de las sanciones financieras" acordadas por Occidente, y "de identificar y congelar los activos de personas y entidades señaladas".
Las potencias occidentales quieren igualmente trabajar con otros estados para "detectar y frenar la circulación de bienes mal habidos e impedir a los individuos esconder sus activos en el mundo.
El fundador británico del fondo de inversiones Hermitage Capital, Bill Browder, que defiende la adopción de una ley para sancionar a individuos acusados de violar los derechos humanos, aprobó la iniciativa.
"La forma más directa de castigar a (el presidente ruso) Vladimir Putin por lanzar esta guerra es sancionar a los oligarcas", declaró a AFP, aunque alertó sobre la existencia de recursos jurídicos contra la aplicación de tales medidas.
Hermitage Capital es un fondo especializado en Rusia fundado en 1996, domiciliado en un paraíso fiscal, que se desarrolló con las privatizaciones de las empresas rusas bajo la presidencia de Boris Yetlsin, época en que surgieron los oligarcas rusos.
Para Duncan Hames, de la sección británica de la ONG anticorrupción Transparencia Internacional, "esta declaración común es la primera que parece conjugar una comprensión coherente del problema y la capacidad de agrupar un número respetable de grandes economías".
- Paraísos fiscales -
Incluso antes del comunicado, uno de los oligarcas rusos más conocidos, Roman Abramovitch, anunció que cedería el control del equipo de fútbol inglés Chelsea a los administradores del club, de su propiedad desde 2003.
El multimillonario ruso de origen ucraniano Mikhail Fridman denunció la guerra en Ucrania, en una carta a los empleados de su fondo LetterOne, como una "tragedia" que según él va a "devastar" a los dos países, mientras se aseguró de evitar tomar una posición política.
Pero Bill Browder considera que el estado de ánimo de las élites económicas rusas tendrá poca influencia sobre Vladimir Putin: "Él no tiene miedo ni de los oligarcas ni de su pueblo, él dirige una dictadura", dijo.
Entre su arsenal de medidas contra los oligarcas, los países occidentales previeron también "restringir la entrega de 'pasaportes dorados' que permiten a los rusos acaudalados cercanos al régimen" obtener la nacionalidad de uno de ellos y acceder a sus sistemas financieros.
La identificación de bienes de personas señaladas por las sanciones podría tropezar con "el uso generalizado de paraísos fiscales extraterritoriales para ocultar la propiedad de activos incluso en lugares como Londres", advirtió Hames.
Pero Browder considera que "si un banco tiene dinero perteneciente a un oligarca, lo sabe (...) porque ese oligarca tenía que revelarlo", y por lo tanto se expone jurídicamente si continúa realizando transacciones en su nombre.
Al final, según Hames, la capacidad de los oligarcas de eludir la vigilancia de los estados sobre sus posesiones ocultas "dependerá del nivel de complicidad de sus facilitadores, de sus proveedores de servicios financieros para permitirles eludir las sanciones".
(A.Laurent--LPdF)