El ejército ruso bombardea una escuela que servía de refugio en Mariúpol, según autoridades locales
El ejército ruso bombardeó una escuela de arte que servía de refugio a varios cientos de personas en la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, aseguraron el domingo autoridades locales, que añadieron que había civiles atrapados bajo los escombros.
"Ayer (sábado), los ocupantes rusos lanzaron bombas sobre la escuela de arte G12 (...) donde se habían refugiado 400 residentes de Mariúpol --mujeres, niños y ancianos--", declaró el municipio de la ciudad portuaria asediada por las fuerzas rusas.
"Sabemos que el edificio fue destruido y que gente pacífica está aún bajo los escombros. Se está aclarando el número de víctimas", agregó en un comunicado en Telegram.
Mariúpol, ciudad del sureste de Ucrania que contaba con 450.000 habitantes antes de la guerra, lleva varias semanas siendo blanco de intensos bombardeos de las fuerzas rusas y sus aliados separatistas prorrusos.
El domingo, el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko, también acusó a Moscú de "deportar por la fuerza a más de 1.000 residentes de Mariúpol" que viven en el este de la ciudad hacia Rusia, sin especificar cuándo ocurrieron los hechos.
Según él, las fuerzas rusas instalaron "campos de filtración" donde "verifican los teléfonos" de los habitantes de Mariúpol antes de "confiscar sus documentos de identidad". "Luego son enviados a Rusia", afirmó en Facebook, agregando que "se desconoce su suerte del otro lado (de la frontera)".
Estas declaraciones no pudieron ser verificadas de forma independiente en lo inmediato.
El jueves, Ucrania acusó a Moscú de bombardear un teatro de la ciudad en el que se habían refugiado cientos de residentes, haciendo caso omiso de la advertencia "Diéti" ("Niños" en ruso) escrita en el suelo con letras gigantes junto al edificio. Todavía no hay un informe de víctimas.
Según el gobierno ucraniano, más de 2.100 personas han muerto en Mariúpol desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero.
Los supervivientes se refugian en los sótanos, sufriendo múltiples carencias. Algunas de las familias que lograron huir contaron que vieron cadáveres que estuvieron tirados en las calles durante días.
Infligir "algo así a una ciudad pacífica (...) es un acto de terror que re recordará incluso en el próximo siglo", dijo este domingo el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, denunciando un "crimen de guerra".
La ciudad tiene una importancia estratégica ya que su captura permitiría a Rusia unir sus tropas en Crimea con las del Donbás (este), al tiempo que bloquearía el acceso ucraniano al mar de Azov.
(V.Blanchet--LPdF)