Pedro Sánchez sellará con el rey de Marruecos el fin de la crisis bilateral
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, será recibido el jueves en Rabat por el rey de Marruecos Mohamed VI, en una visita para sellar el fin de la crisis diplomática bilateral tras el giro de Madrid sobre el Sáhara Occidental.
"Este jueves por la tarde el presidente del gobierno viajará a Marruecos (...) donde mantendrá un encuentro con el rey de Marruecos", indicó en rueda de prensa el ministro español de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares.
Tras la reunión, Sánchez participará junto al monarca en una cena de "ruptura del ayuno" del ramadán, una deferencia que "es un signo de amistad muy fuerte por parte del rey", dijo Albares, que acompañará al presidente del gobierno en el viaje.
La visita fue confirmada por el palacio real marroquí, que indicó en un comunicado que Mohamed VI "sostendrá conversaciones oficiales" con Sánchez y "ofrecerá por igual un iftar (comida de ruptura del ayuno del ramadán) en honor del ilustre huésped".
La estadía de Sánchez en Marruecos, que debe permitir principalmente que se reanuden las conexiones marítimas entre los dos países separados por apenas 15 kilómetros en el estrecho de Gibraltar, se prolongará hasta el viernes.
Originalmente, Albares tenía previsto visitar Rabat el viernes pasado para reunirse con su homólogo Naser Burita tras el fin de la crisis, pero el viaje fue finalmente suspendido a última hora.
- Prolongada crisis -
la normalización de las relaciones se hizo posible gracias a que España anunció públicamente, el 18 de marzo, que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental le parecía "la base más seria, realista y creíble" para solucionar el conflicto en la que fuera colonia española hasta 1975.
Al hacer este gesto, Pedro Sánchez puso fin a la postura de neutralidad mantenida por décadas sobre este asunto, irritando a sus aliados de izquierda, la oposición de derecha y a Argelia, principal apoyo de los independentistas saharauis del Frente Polisario y también surtidor de gas a España.
Causada por el recibimiento en España en abril de 2021 del jefe del Frente Polisario para ser hospitalizado por covid, la crisis entre Rabat y Madrid tuvo su punto álgido con el ingreso en mayo de 10.000 migrantes al enclave español de Ceuta en el norte de Marruecos, ante el relajamiento de los controles del lado marroquí.
España acusó entonces a Rabat de "chantaje" y "agresión". Marruecos retiró a su embajadora en Madrid, quien solo retornó el 20 de marzo pasado.
El conflicto del Sáhara Occidental, un territorio rico en fosfatos y aguas con abundante pesca, enfrenta desde hace décadas a Marruecos con el Frente Polisario.
Rabat, que controla cerca del 80% de este territorio, propone un plan de autonomía bajo su soberanía, mientras que el Polisario reclama un referéndum de autodeterminación, previsto en la firma en 1991 de un cese al fuego pero nunca concretado.
- Sin garantías -
Sánchez descartó la semana pasada haber dado un "giro" sobre el Sáhara Occidental, y describió su decisión como "un paso más" para "contribuir a la superación de un conflicto enquistado hace medio siglo y sin perspectiva de resolución, al menos hasta el momento".
Pero el jefe del Frente Polisario, Brahim Ghali, criticó el lunes el "giro radical" de Madrid, y afirmó: "Nos han abandonado a nuestra suerte en 1975 y 47 años después vuelven a repetir lo mismo".
Para Madrid, la normalización de las relaciones con Rabat tiene como objetivo principal garantizar su "cooperación" en el control de la inmigración irregular desde Marruecos, de donde parte la mayoría de los migrantes.
Asimismo, el gobierno español espera que Rabat enfríe su reivindicación de los enclaves de Ceuta y Melilla.
Pero algunos analistas advierten de que España no ha obtenido garantías reales.
Para Jorge Dezcallar, antiguo embajador español en Marruecos (1997-2001) y jefe de los servicios de inteligencia españoles (2002-2004), este acuerdo "debería" permitir en principio buenas relaciones con Marruecos, pero advirtió que esto "dependerá de motivos de política interna en Marruecos (....) que están fuera de nuestro control".
(R.Lavigne--LPdF)