Boris Johnson pone a prueba el apoyo de sus filas conservadoras en un voto parlamentario
El primer ministro británico, Boris Johnson, sumido en una nueva crisis política tras ser multado por una fiesta ilegal durante el confinamiento, pone a prueba el jueves el respaldo de sus filas conservadoras en una votación parlamentaria sobre su comportamiento.
El opositor Partido Laborista presentó una moción en la Cámara de los Comunes para intentar que una comisión parlamentaria investigue si Johnson engañó a los diputados cuando negó en diciembre que se hubiesen infringido en sus oficinas las reglas contra el coronavirus impuestas por él mismo.
La oposición asegura que mintió a sabiendas y que la multa impuesta la semana pasada al líder conservador --convirtiéndolo en el primer jefe de gobierno en ejercicio sancionado por infringir la ley-- y su esposa Carrie, entre muchos otros, así lo demuestra.
"Este debate es sobre la honestidad, la integridad y el decir la verdad en este lugar", afirmó el líder laborista Keir Starmer al presentar la moción, iniciando un debate que podía prolongarse todo el día.
La bancada gubernamental estaba inusualmente vacía y el propio Johnson no participaba en la discusión por encontrarse de viaje en India.
En una maniobra de última hora, su gobierno había preparado el miércoles por la noche una enmienda pidiendo que se esperase al final de las pesquisas policiales, y a que la alta funcionaria Sue Gray presente el informe completo de su propia investigación interna, antes de decidir sobre una eventual comisión parlamentaria.
Y se informó de que el Partido Conservador había dado a sus diputados, que constituyen una amplia mayoría absoluta, la consigna de votar a favor de esta enmienda.
Sin embargo, en un golpe de efecto dramático que muchos observadores atribuyeron a la posibilidad de una rebelión conservadora, 15 minutos antes del inicio del debate el ejecutivo decidió no presentar dicha enmienda.
Y más aún: el partido permitió que los diputados conservadores voten en total libertad la moción de la oposición laborista.
Para triunfar, esta necesitaría sin embargo el apoyo de buena parte de la mayoría gubernamental, lo que en este momento parece más que improbable.
Más significativo será el número de conservadores que decidan abstenerse para no poner sus nombres bajo lo que puede aparecer como un encubrimiento del "partygate", el escándalo de las fiestas celebradas en Downing Street cuando estaban prohibidas por las reglas anticovid.
- Maniobra electoral -
La policía londinense lleva semanas investigando una docena de eventos organizados durante los confinamientos de 2020 y 2021, desde celebraciones navideñas hasta fiestas de despedida.
Ha impuesto de momento unas 50 multas, incluida la de Johnson por una fiesta con ocasión de su 56º cumpleaños, celebrada el 19 de junio de 2020 con decenas de personas en la sala del consejo de ministros.
Pero la investigación sigue abierta y el primer ministro, cuya presencia ha señalado la prensa en al menos seis de esos eventos, podría ser multado de nuevo.
El escándalo, que estalló en diciembre, tomó grandes proporciones a principios de año y un nutrido grupo de conservadores amenazó entonces con lanzar una moción de censura contra su propio líder.
Pero desde la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, y la activa participación de Johnson en la respuesta occidental, su partido cerró filas en torno a un dirigente que no consideran apropiado cambiar ahora.
Sin embargo, los sondeos muestran que la popularidad del primer ministro no deja de degradarse entre la opinión pública. Y la oposición espera que esto se refleje en las elecciones municipales del 5 de mayo.
La votación sobre si una comisión parlamentaria debe o no investigar si el primer ministro mintió al Parlamento tiene, precisamente, su mirada puesta en esos comicios. El Partido Laborista quiere que los candidatos municipales conservadores paguen los platos rotos si sus diputados impiden una investigación y que esto reavive la rebelión acallada contra Johnson.
Este siempre ha defendido creer que los encuentros investigados por la policía eran "eventos laborales" y no pensar en ningún momento que como tales infringiesen las reglas del confinamiento.
(H.Duplantier--LPdF)