Le Pays De France - Esperanza y resignación en el 50º aniversario de la división de Chipre

Paris -
Esperanza y resignación en el 50º aniversario de la división de Chipre
Esperanza y resignación en el 50º aniversario de la división de Chipre / Foto: © AFP/Archivos

Esperanza y resignación en el 50º aniversario de la división de Chipre

Chipre cumple este mes 50 años desde su división, con un conflicto no resuelto entre los grecochipriotas y los turcochipriotas, simbolizado en una zona tampón patrullada por la ONU que atraviesa toda la isla.

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El 20 de julio de 1974, el ejército turco invadió el norte de Chipre, cinco días después de un intento de golpe de Estado de los nacionalistas grecochipriotas para anexionar la isla a Grecia.

La isla está dividida en este y oeste por una zona desmilitarizada, llamada "Linea Verde".

Nicosia, última capital dividida del mundo, es el símbolo de ese conflicto no resuelto.

La isla, donde las comunidades grecochipriota y turcochipriota viven una junto a otra, continúa estando profundamente marcada por los acontecimientos de 1974, y prueba de ello son los pueblos fantasma, las torres de vigilancia, las calles cortadas con bloques de hormigón, sacos de cemento y alambradas y los retenes que hay por todo el territorio.

Los sucesivos fracasos en las negociaciones han dejado poco espacio al optimismo.

La reunificación era "una causa perdida", comentó a AFP el grecochipriota George Fialas, un veterano del conflicto.

"No creo que volvamos" a estar unidos, apuntó.

Por su parte, Demtris Tumazis, otro grecochipriota, debía terminar el servicio militar obligatorio el 20 de julio de 1974. En lugar de ello, le tocó combatir al ejército turco, antes de que lo hicieran prisionero y se lo llevaran a Turquía, de donde regresó tres meses después. Lo hizo a un país dividido.

"Nadie se esperaba que las cosas pasaran como pasaron, hace 50 años ya y todavía no hay ni solución ni esperanza", dijo Tumazis.

- Historia empañada por los conflictos -

La invasión fue la culminación de un periodo de conflictos en la isla que, tras haber sido una colonia británica desde 1878, obtuvo su independencia en 1960.

El Reino Unido, Grecia, Turquía y los dirigentes chipriotas habían negociado la independencia de la isla en el marco de una Constitución que garantizaba la representación de los turcochipriotas, que ocupan el tercio norte del territorio y representaban, en aquel entonces, en torno al 18% de la población.

Este sistema, que prohibía tanto la unión con Grecia como con Turquía y la división de la isla, se vino abajo a finales de 1963 por los enfrentamientos intercomunitarios.

Tras la invasión de 1974, el norte declaró unilateralmente su independencia como República Turca de Chipre del Norte (RTCN) en 1983, un Estado que únicamente reconoce Turquía, que tiene a miles de soldados desplegados en la isla.

Así las cosas, la República de Chipre, la única reconocida internacionalmente y que es miembro de la UE desde 2004, en la práctica solo ejerce su autoridad en la parte sur de la isla.

La ONU, cuyas fuerzas de paz patrullan en la zona tampón, presiona para que la República de Chipre y la RTCN vuelvan a la mesa de diálogo.

Pero según Stefan Talmon, profesor en la Universidad de Bonn y especialista en Chipre, es poco probable que esto suceda. "Cualquier solución implicaría que ambas partes adquieran compromisos y renuncien a su único poder de decisión para su comunidad, y no creo que a ninguna de las partes les interese eso", dijo a AFP.

- Acostumbrados -

El último ciclo de negociaciones se saldó en fracaso en 2017. Desde entonces, Chipre del Norte eligió al dirigente Ersin Tatar, un partidario de la línea dura que insiste en una solución de dos Estados, algo que la República de Chipre rechaza.

La elección de Tatar se produjo en medio de acusaciones de injerencia de la Turquía del presidente Recep Tayyip Erdogan.

"Hemos tenido al menos dos o tres generaciones que nunca han conocido un Chipre unido, y parto del principio de que ambas partes se han adaptado a la situación actual", afirmó Talmon.

Huseyin Silman, un turcochipriota de 40 años oriundo de Nicosia, contó que sus padres todavía están "traumatizados". Según él, se oponen "a cualquier reunificación", al pensar que "los grecochipriotas" no son "dignos de confianza".

Silman, que trabaja para el grupo de reflexión Global Policies, es no obstante optimista y tiene fe en las jóvenes generaciones, que han crecido en un mundo distinto, y en que la actitud de la gente haya cambiado.

Pero para Talmon, "las dos partes han encontrado el modo de vivir, de facto, en esta situación".

(L.Garnier--LPdF)