Israel bombardea intensamente el sur de Beirut
Israel bombardeaba intensamente en la madrugada del sábado los suburbios sur de Beirut, después de atacar en la víspera el cuartel general de Hezbolá con el objetivo, según los medios israelíes, de matar al jefe del movimiento islamista, Hasán Nasralá.
Las llamas de múltiples incendios iluminaban el cielo nocturno de Beirut. La cadena local al-Manar, afiliada a Hezbolá, reportó "sucesivos ataques sionistas" contra al menos cinco barrios del sur de la capital, bastión de este poderoso actor político y militar libanés.
Cientos de familias huyeron de la zona después de un aviso del ejército israelí de que iba a atacar. Sumergidas en la oscuridad por la falta de electricidad, las calles, habitualmente desiertas a esas horas, se llenaron de atascos.
"Estábamos en casa cuando hubo la orden de evacuar. Tomamos los documentos de identidad, nuestras cosas y salimos", dijo a la AFP Radwan Msallam, un refugiado sirio y padre de seis hijos que ahora no tiene "ningún sitio adonde ir".
La nueva campaña de bombardeos contra la capital libanesa empezó por la tarde del viernes, pocas horas después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijera en la ONU que los ataques seguirán "hasta que se alcancen todos sus objetivos".
- Silencio de Hezbolá sobre su líder -
Primero, el ejército aseguró haber bombardeado el "cuartel general" de Hezbolá con el objetivo, según medios israelíes, de acabar con su dirigente, Hasán Nasralá.
Una fuente cercana al movimiento islamista aseguró a la AFP que su líder está "bien", pero más de diez horas después del ataque no ha habido ninguna comunicación oficial por parte de la formación.
En la madrugada del sábado, Israel anunció "bombardeos selectivos" contra depósitos de armas de Hezbolá escondidos "bajo edificios civiles", acusaciones que el grupo islamista rechazó como "falsas".
El Ministerio de Salud libanés señaló que los ataques aéreos del viernes en Beirut causaron al menos seis muertos y 91 heridos.
La aviación israelí también atacó "objetivos terroristas" contra la ciudad meridional de Tiro y anunció haber matado a varios comandantes de Hezbolá en el sur de Líbano, entre ellos el comandante de la unidad de misiles y su adjunto.
Además, sus aeronaves sobrevuelan el aeropuerto de Beirut y sus alrededores para impedir que Irán envíe cargamentos de armas para Hezbolá, explicó el ejército.
- "Detener a Netanyahu" -
Esta nueva serie de bombardeos y el aguerrido discurso de Netanyahu en la Asamblea General de la ONU, boicoteado por numerosas delegaciones, echan por tierra las esperanzas de una tregua temporal de 21 días propuesta esta semana por Estados Unidos y Francia.
"Nadie parece capaz de detener a Netanyahu", lamentó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, quien dijo que la única esperanza para frenar la escalada es Estados Unidos, principal aliado y proveedor de armas de Israel.
El secretario de Estado de la Casa Blanca, Antony Blinken, urgió a ambas partes a "dejar de disparar", y el presidente Joe Biden subrayó que su país no había sido informado de la nueva operación israelí.
Irán, aliado de Hezbolá y del movimiento palestino Hamás, aseguró que los nuevos ataques contra Beirut constituyen un "crimen de guerra" y prometió un "castigo justo".
Además, su canciller Abbas Araghchi denunció en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU la "complicidad de Estados Unidos en los crímenes" de Israel y las "amenazas escandalosas" formuladas por Netanyahu en Nueva York.
- "Guerra genocida" -
En "respuesta" al ataque contra su cuartel general, Hezbolá mandó una "andanada de cohetes" contra la localidad de Safed, en el norte de Israel, y antes había disparado también contra la ciudad portuaria de Haifa, que alberga numerosas industrias de defensa.
En el barrio de Beirut donde está el cuartel sede de Hezbolá, los proyectiles israelíes dejaron seis enormes cráteres de varios metros de profundidad, toneladas de escombros y una espesa polvareda gris.
"¡Dios mío, qué explosión! Creí que el edificio se me caía encima", dijo Abir Hammoud, una profesora de unos 40 años al recordar el momento de la explosión.
Después de ese ataque, el primer ministro libanés, Najib Mikati, acusó a Israel de librar una "guerra genocida" contra su país.
Los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá se intensificaron desde el inicio hace un año de la guerra en Gaza y ya han dejado más de 1.500 muertos, un saldo superior al provocado por la última guerra entre ambos en 2006.
El conflicto en Gaza amenaza con llevar a todo Oriente Medio al "abismo de una guerra generalizada con consecuencias inimaginables", advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Los bombardeos israelíes sobre Líbano de esta semana mataron a más de 700 personas, afirman las autoridades sanitarias, y dejaron unos 118.000 desplazados, según la ONU.
La situación puede deteriorarse. El ejército israelí afirma estar preparado para una posible incursión terrestre contra Hezbolá, que sería "lo más corta posible", dijo un responsable de seguridad.
- Hasta "la victoria total" en Gaza -
Desde la tribuna de la ONU, Netanyahu también prometió luchar hasta "la victoria total" en Gaza si Hamás no entrega las armas y libera a todos los rehenes.
De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41.534 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.
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(H.Duplantier--LPdF)