La OTAN recibe a su nuevo jefe, aunque los cambios sean improbables
El ex primer ministro de Países Bajos Mark Rutte se convertirá el martes en el nuevo secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), aunque difícilmente logre imponer cambios substanciales en la alianza.
Aún si Rutte, que sustituirá al noruego Jens Stoltenberg -quien asumió el cargo hace una década-, quisiera cambiar las cosas al frente de la poderosa alianza transatlántica, será improbable que lo consiga.
Al frente de la OTAN, el neerlandés conducirá una burocracia civil reacia al riesgo y en la que el poder real recae en última instancia sobre los países de la alianza, especialmente Estados Unidos.
Como Stoltenberg, Rutte es un primer ministro del norte de Europa, de mediana edad y modales apacibles, en una coincidencia evidente de perfiles.
"En una situación geopolítica tan difícil, mantener la misma política exterior y la misma línea de seguridad es muy importante", dijo a la AFP un alto diplomático de la OTAN, quien habló bajo condición de anonimato para discutir las deliberaciones internas.
Durante sus 10 años al mando de la OTAN, Stoltenberg se ganó elogios generalizados por su calmada gestión de una alianza a veces conflictiva.
El noruego ayudó a mantener al expresidente estadounidense Donald Trump en la alianza, apoyó a Ucrania mientras se aseguraba de que la OTAN no se viera arrastrada a una guerra con Rusia e inició una revisión de las defensas de la alianza para enfrentar al poderío ruso.
Para el británico Jamie Shea, un alto exfuncionario de la OTAN que ahora se desempeña en el grupo de expertos de Chatham House, la OTAN buscó a alguien con cualidades parecidas a las de Stoltenberg.
Los países de la alianza "buscaban a alguien que tuviera muchas de las mismas cualidades que Stoltenberg y que continuara en la misma dirección: primer ministro, bien conectado, con larga experiencia y con una buena agenda de contactos", declaró.
Rutte, que se tornó rápidamente en el favorito con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, cumplía todos esos requisitos.
Se trata de un veterano de la política neerlandesa, que dirigió coaliciones complejas en Países Bajos durante 13 años.
Rutte tiene una amplia experiencia que puede aprovechar para mantener unidos a países con intereses dispares y a menudo contrapuestos.
"Es un creador de consenso con un compromiso inquebrantable con la alianza transatlántica", comentó un alto funcionario estadounidense.
Además, es un firme partidario del apoyo a Ucrania y no tuvo inconvenientes en hablar con franqueza con Trump.
- El consenso necesario -
Más allá de las semejanzas, diplomáticos dicen que Rutte deberá representar un soplo de aire fresco a la alianza militar después del largo mandato de Stoltenberg.
Pero al neerlandés probablemente le resultará difícil implementar cambios importantes.
Aunque el cargo suena como algo sumamente potente, en realidad el secretario general sólo encabeza la burocracia civil, de aproximadamente unos 1.500 empleados.
El poder militar reside en los países miembros de la alianza, principalmente en manos de un general estadounidense como Comandante Supremo Aliado en Europa.
Todas las decisiones en la OTAN deben ser acordadas por todos los países miembros, por lo que el secretario general está limitado al punto hasta el cual están dispuestos a llegar los aliados, en particular Estados Unidos.
"La OTAN es una organización de consenso. Todo, absolutamente todo, desde lo más mundano hasta lo más estratégico, se decide por consenso", señaló Ian Lesser, del grupo de expertos German Marshall Fund.
Por ello, "el margen de los secretarios generales para remodelar lo que hace la OTAN y cómo lo hace es obviamente muy limitado", agregó.
Un área donde podrá tener influencia es en el establecimiento de las agendas de discusión y en el impulso de determinadas prioridades.
Stoltenberg, por ejemplo, utilizó el cargo para presionar a la alianza a apoyar a Ucrania, e instó a los países a prestar más atención al impacto del cambio climático o a fortalecer lazos con asociados en la región de Asia-Pacífico.
Por ello, diplomáticos señalan que Rutte podría promover una mejora en la coordinación entre la Unión Europea y la OTAN, paralizada durante mucho tiempo por el enfrentamiento entre Turquía y Chipre.
Pero la principal oportunidad del neerlandés para darle forma a su cargo probablemente llegará si la situación política se vuelve más delicada, con el posible regreso de Trump a la Casa Blanca o un cambio importante en Ucrania.
(V.Blanchet--LPdF)