Boris Johnson visita Irlanda del Norte entre una creciente tensión con la UE
El primer ministro Boris Johnson viaja el lunes a Irlanda del Norte para intentar desbloquear las instituciones autónomas regionales, paralizadas por las crecientes tensiones entre Belfast, Londres y Bruselas sobre las disposiciones comerciales especiales aplicadas a esa nación británica tras el Brexit.
Diez días después de la histórica victoria del partido republicano Sinn Fein -exbrazo político del grupo armado IRA y partidario de la reunificación de Irlanda- en las legislativas regionales, las instituciones norirlandesas están paralizadas por al rechazo del partido unionista DUP a participar en ellas.
El acuerdo de paz del Viernes Santo de 1988, que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre unionistas protestantes y republicanos católicos, impuso que ambas partes compartan el poder en el ejecutivo regional de esta nación británica de 1,9 millones de habitantes.
Férreamente apegados a su pertenencia a la corona británica, los unionistas protestan así contra las disposiciones especiales negociadas por Londres y Bruselas en el marco del Brexit para evitar el retorno de una frontera física con la vecina República de Irlanda -inaceptable para los republicanos- que pusiera en peligro la frágil paz.
Los unionistas denuncian que estas disposiciones -recogidas en el denominado "protocolo de Irlanda del Norte"- amenazan su lugar en el seno del Reino Unido, al imponer controles aduaneros a los productos que llegan a la zona procedentes del resto del país.
- Proyecto de ley en Londres -
En este contexto, el gobierno de Johnson, que lleva meses reclamando una renegociación en profundidad del texto a la Unión Europea, podría presentar el martes un proyecto de ley para suprimir unilateralmente de la legislación británica las partes más conflictivas del protocolo.
Pero la UE, que dice estar dispuesta a realizar importantes "ajustes" pero no una renegociación, calificó esta idea de "inaceptable" y podría responder con medidas de represalia comercial, especialmente delicadas para un Reino Unido que ya registra una inflación descontrolada por los efectos de la pandemia y la guerra en Ucrania.
Durante su viaje a Belfast, Johnson enviará un "mensaje claro" a los distintos grupos políticos de que "cualquier cambio en el protocolo debe dar lugar a que todos los partidos se unan para formar un ejecutivo y una asamblea regionales", según un comunicado de Downing Street.
"Espero que la posición de la UE cambie", afirmó el primer ministro en un artículo publicado antes de su viaje por el Belfast Telegraph. De lo contrario "será necesario actuar" para proteger el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998, agregó. Downing Street subrayó que el ejecutivo "nunca ha sugerido desechar el protocolo" sino "reformarlo".
En el mismo artículo, Johnson anunció que su gobierno renunció a la idea de una "amnistía generalizada" -aplicable tanto a los soldados británicos como a los paramilitares republicanos y unionistas- para los crímenes relacionados con el conflicto norirlandés, que dejó más de 3.500 muertos.
- Parálisis -
El nuevo parlamente regional de Irlanda del Norte se reunió por primera vez el viernes, pero el DUP se negó a participar en la designación de su presidente, bloqueando la institución que debía a su vez elegir al gobierno autónomo.
Preparada para convertirse en la nueva primera ministra, Michelle O'Neill del Sinn Fein acusó al DUP de mantener "a la sociedad como rehén del Brexit".
A su llegada a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la UE en Bruselas, el canciller de la República de Irlanda -país miembro del bloque- Simon Coveney lanzó una advertencia contra "las acciones unilaterales o las amenazas de acciones unilaterales" que violen el derecho internacional.
Estas acciones son "lo último que necesita Europa cuando estamos trabajando positivamente juntos frente a la agresión rusa" en Ucrania, añadió.
El domingo, el ministro británico de Energía, Kwasi Kwarteng, aseguró al canal privado Sky News que el Reino Unido tiene "todo el derecho" a querer cambiar unilateralmente las disposiciones del protocolo.
"La estabilidad política es nuestra prioridad número uno, y (el DUP) nos está diciendo que no compartirá el poder si no se cambia (el protocolo). Así que tenemos que estudiar detenidamente cómo podemos cambiarlo", afirmó.
(M.LaRue--LPdF)