Bulgaria vota en un caos político favorable a la extrema derecha prorrusa
Bulgaria celebra el domingo sus séptimas elecciones legislativas desde 2021 sin esperanzas de salir de este periodo de inestabilidad que genera cansancio en la ciudadanía y favorece la emergencia de la extrema derecha prorrusa.
Los comicios se encadenan en el país más pobre de la Unión Europea, donde se desvanecen las ansias de cambio mostradas en el verano boreal de 2020 en enormes manifestaciones anticorrupción contra el gobierno conservador de entonces.
Obligado a retirarse tras esas protestas, el ex primer ministro Boiko Borísov y su partido GERB ganaron las últimas elecciones de junio y parten de nuevo como favoritos con un 26% de intención de voto.
Pero, como ocurrió meses atrás, pueden tener problemas para encontrar aliados y formar gobierno.
La tasa de participación se anticipa muy baja. En junio, solo un 34% de los electores acudió a las urnas, un mínimo desde la caída del comunismo hace 35 años.
"Estamos hartos de estar atrapados en este carrusel que da vueltas y vueltas, con el mismo resultado final", dijo Aneliya Ivanova, una informática de 33 años en Sofía, la capital.
Los reformistas de la coalición Continuamos el Cambio/Bulgaria Democrática (CC/BD) han perdido fuelle durante este periodo de inestabilidad.
En cambio, los nacionalistas prorrusos de Vazrajdane (Renacimiento) se afianzan en el panorama político del país que, pese a integrar la OTAN y la UE, es todavía muy rusófilo.
Esta formación estuvo muy presente en campaña y puede presumir ante su electorado de la adopción este año de una ley impulsada por ellos en el Parlamento contra la "propaganda" LGBT+ inspirada en otra que fue promulgada en Rusia.
Borísov, que apoyó esta ley, abrió la puerta a un acercamiento a este partido, aunque ha reconocido que sus aliados en Bruselas y Washington no lo verían con buenos ojos.
Cuando gobernaba, el conservador de 65 años procuraba tratar bien a Rusia, respetando las consignas de la UE y la OTAN, aunque después de la invasión de Ucrania se posicionó claramente en contra de Moscú.
(V.Blanchet--LPdF)