"Si no gana, estamos perdidos", dice seguidora de Kamala Harris
"Si no gana, estamos perdidos", dice Robin Matthews, electora demócrata que aguarda para entrar al último mitin de Kamala Harris, este lunes en Filadelfia. Al igual que ella, muchos temen por las consecuencias de un eventual regreso de un Donald Trump "sin control" a la Casa Blanca.
La larga fila se extiende por la gran avenida que llega al Museo de Arte Moderno de Filadelfia, desde donde la candidata demócrata tiene previsto dirigirse a sus seguidores, como colofón a una maratoniana campaña, en particular en los estados bisagra, antes de la apertura de los colegios electorales el martes.
"Soy prudentemente optimista, pero estoy preocupada", dice Matthews, trabajadora de una asociación que ha venido de un suburbio de Filadelfia, la ciudad más importante del Estado de Pensilvania crucial para llegar a la Casa Blanca.
"Si no gana, estamos perdidos. Completamente. Él, (Donald Trump) lo va a arruinar todo. No tiene control, ya no hay equilibrio de poderes", dice preocupada. A su lado, su hijo de 16 años, Asher, dice que lo que está en juego en esta elección es "la preservación de nuestro sistema democrático".
- "Difícil hablarse" -
Bajo los árboles amarillentos medio desnudos del otoño, unos percusionistas ponen un poco de ambiente antes del mitin, en el que se prevé la presencia de estrellas como Lady Gaga y Oprah Winfrey, al pie de la escalinata del museo que subió Sylvester Stallone en la célebre escena de "Rocky".
Al término de una campaña, marcada por sobresaltos extraordinarios en un país que parece más dividido que nunca, Yvonne Tinsley, contable de 35 años, solo quiere "que esto acabe".
Está harta de la publicidad política en la tele y cansada de tener que explicar a sus amigos que los vídeos que se publican en Facebook o Instagram suelen contener información falsa.
Prudente, no espera milagros con Kamala Harris. "Sé que no va a cambiar todo", dice. Pero hay demasiadas cosas en juego si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
"Soy una mujer negra en Estados Unidos, por lo que desgraciadamente, todas las políticas me afectan de manera diferente y para mal", explica. "Por lo que volver a un mundo en el que ni siquiera se escucha a las mujeres blancas, está claro que a mí me escucharán todavía menos", agrega.
"Tuvimos a Trump durante cuatro años, no funcionaba nada", dice por su parte Robert Rudolf, informático de 58 años. "Había mucho racismo, misoginia. Esto se ha normalizado bastante, por lo que espero que nos alejemos de todo ello", explica.
Con una gorra "Harris-Walz" en la cabeza y una camisa de cuadros, dice que procede de mundo rural "rojo" del estado.
"Estamos cada vez más divididos. Es muy difícil hablar con la gente del otro bando", dice.
Un contexto tenso que hace temer a Roxana Rohe, profesora que viene al mitin con sus dos hijas, de las repercusiones postelectorales.
"Trump ya ha dicho que le han robado la elección, antes incluso de que se haya celebrado", comenta.
(E.Beaufort--LPdF)