Le Pays De France - El culto a la guerra al servicio del Kremlin en las calles de la antigua Stalingrado

Paris -
El culto a la guerra al servicio del Kremlin en las calles de la antigua Stalingrado
El culto a la guerra al servicio del Kremlin en las calles de la antigua Stalingrado / Foto: © AFP

El culto a la guerra al servicio del Kremlin en las calles de la antigua Stalingrado

A orillas del río Volga, Stalingrado, ahora llamada Volgogrado, fue escenario de una cruenta batalla en la Segunda Guerra Mundial y perpetúa desde entonces un imaginario bélico que ayuda a justificar la actual ofensiva rusa en Ucrania.

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La victoria de la Unión Soviética contra Hitler en Stalingrado en febrero de 1943 supuso un vuelco en ese conflicto. Más de un millón de personas murieron durante la batalla, una de las más sangrientas de la historia.

En el Mamáyev Kurgán, una colina en la que se libraron terribles combates, los soviéticos inauguraron en 1967 un faraónico memorial coronado con una estatua de la Madre Patria, con el rostro deformado por la rabia y una espada levantada hacia el cielo.

En un atardecer de junio, familias, grupos de estudiantes, ancianos y parejas enamoradas pasean por el lugar bajo la mirada de esculturas de soldados talladas en la roca.

Dmitri Stepanov, de 51 años, acude a este memorial cada vez que visita la ciudad. Para él, hay una continuidad entre el conflicto de Ucrania, el de Chechenia, el de Afganistán y la batalla contra la Alemania nazi.

"En cada uno de ellos, los jóvenes han conseguido logros. Lo han hecho por Rusia, eso quiere decir que el patriotismo no se apaga", estima Stepanov, que trabaja en la industria agroalimentaria.

El presidente ruso Vladimir Putin también ha establecido paralelismos entre la resistencia contra Hitler, glorificada en las escuelas y los medios públicos rusos, y la ofensiva en Ucrania.

Al ordenar el inicio de la operación militar el 24 de febrero, invocó la necesidad de "desnazificar" este país donde, según él, los "neonazis" tomaron el poder tras la revolución proeuropea de la plaza Maidan en 2014.

"Antes, era contra el fascismo. Ahora, es contra el neofascismo", admite Alexander Grachev, un empresario de 50 años, en una calle de Volgogrado, el nuevo nombre dado a la ciudad en 1961, cuando el Kremlin decidió terminar con el culto a la personalidad de Stalin.

Grachev estima que la ofensiva en Ucrania es resultado de "un divorcio" que terminó mal entre Kiev y Moscú tras la caída de la Unión Soviética.

- Lenin, Stalin y Putin -

La antigua Stalingrado es el epicentro de un turismo impregnado de nostalgia de la era soviética. En las tiendas de recuerdos, se venden decenas de emblemas de la URSS junto a imanes de Lenin, Stalin y Putin.

Y, como en muchas ciudades rusas, en sus fachadas y a lo largo de sus avenidas han aparecido símbolos con la letra "Z", el emblema de las tropas de Moscú en Ucrania.

"¡Por los nuestros, Stalingrado!", proclaman unas pancartas cerca de la estación de Volgogrado, también decoradas con la letra Z.

"No abandonaremos a los nuestros. Hace falta que el patriotismo viva dentro de cada uno de nosotros", asegura Vladimir Zotov, un albañil jubilado de 68 años.

Recordando el calvario de los habitantes de la ciudad ucraniana de Mariúpol, devastada durante la ofensiva rusa, Zotov opina que el coste era inevitable: "Siempre hay pérdidas en la guerra, desgracias y lágrimas".

Pero algunos habitantes de esta histórica y combativa ciudad no respaldan la intervención en Ucrania, a pesar de la represión feroz contra las voces críticas.

"No apruebo particularmente la operación porque está cobrándose muchas vidas", afirma Marina Kirianova, una estudiante de 20 años. "Pienso que había otras maneras de arreglar esta cuestión. Pero bueno, el poder ha decidido", agrega.

"Es surrealista", opina Ilia, un ingeniero de 30 años que prefiere no dar su nombre completo. Aunque se define como un "patriota", para él es absolutamente "incorrecto" atreverse a comparar la guerra contra el nazismo con el conflicto en Ucrania.

(O.Agard--LPdF)