En el bastión de la ultraderecha en Suecia están "hartos" de criminalidad
"Coches quemados, tiroteos... La gente está harta" dice un habitante de Sjöbo, la ciudad de Suecia que más votó el domingo al partido de ultraderecha Demócratas de Suecia (SD).
Sjöbo, un pueblo de 20.000 habitantes en la provincia de Escania, sur de Suecia, votó en un 42,7% al SD, colocándolo ampliamente en cabeza como en muchos otros pueblos y localidades de la zona.
El SD cosechó sus votos aprovechando el miedo a delincuencia y a las bandas en la barrios con más inmigración.
En la plaza principal de la ciudad, Hama Abdulla, de 49 años y originario del norte de Irak, opina sobre los motivos mientras ordena su puesto de frutas y verduras.
"Coches quemados, tiroteos... Sucede en Estocolmo, Gotemburgo y otros lugares, según leo en los periódicos. Pero es en Escania donde más ha sucedido", dice a la AFP.
"La gente está harta. Tengo muchos amigos que son inmigrantes y que votaron SD", asegura el comerciante, que prefiere no revelar su voto.
- Bastión del SD -
El partido liderado por Jimmie Åkesson, nativo de la región y residente de la misma, se convirtió el domingo en el segundo partido más grande de Suecia, con más del 20% de los votos.
Heredera de un grupo neofascista en su fundación hace 34 años, la formación aspira a formar parte del próximo gobierno sueco o, en su defecto, de la nueva mayoría de alianza de las derechas, si el triunfo se confirma en los resultados definitivos.
Sjöbo, al igual que muchos pueblos vecinos de Escania, ha sido un bastión del SD desde que el partido de extrema derecha entró en el parlamento en 2010, impulsado por el creciente sentimiento antiinmigración en el país.
Cafés, peluquerías y pizzerías salpican la calle principal tranquila, peatonal y arbolada, de este pueblo situado a 40 minutos en coche de Malmö, la tercera ciudad más grande del país y una de las primeras en sufrir la epidemia de ajustes de cuentas entre bandas criminales que ensombrecen las noticias suecas, especialmente en barrios desfavorecidos.
Los cinco municipios con más votos SD se encuentran todos en esta parte rural de Escania.
"Hay mucho crimen, pandillas y tiroteos, en Malmö y en todas partes. Tengo niños que viven allí y niños que se han ido", dice Margareta Christensen, exprofesora jubilada de 66 años, quien explica a la AFP que votó por SD por primera vez el pasado domingo. "Yo misma me he mudado", agrega.
Desde hace 15 años, el voto de extrema derecha se extiende cada vez más por el campo y las pequeñas ciudades industriales del resto de Suecia que hasta ahora eran el corazón electoral de los socialdemócratas.
El SD encuentra a su votante medio en hombres de clase trabajadora y baja calificación.
Para Kent Hallström, votante del SD de 73 años, los escanianos no son racistas. "Pero necesitamos tener los recursos antes de aceptar traer gente", arguye.
-'No les gustan los inmigrantes'-
El país nórdico de 10,3 millones de habitantes ha acogido a cerca de 500.000 solicitantes de asilo en una década larga, la mayoría antes de la crisis migratoria de 2015.
Para muchos suecos hace una década hubiera sido impensable imaginar que el otrora partido paria sería ahora el partido líder en un bloque mayoritario en el parlamento, con la enorme influencia que ello conlleva.
Para André af Geijerstam, concejal local de SD, la "gente normal" no considera a su partido racista. "Eso son solo los expertos de Estocolmo".
Ahora bien, en Escania, considera, se ha "sufrido la inmigración mucho más que en el resto de Suecia, y probablemente antes", asegura, pese a que la localidad de Sjöbo tiene tasas de criminalidad más bajas que el resto de la región, y la mitad de residentes nacidos en el extranjero que el promedio sueco, cerca del 20%.
Wazma Mosamem, estudiante de enfermería que llegó de Afganistán hace 11 años, dice que el fuerte apoyo al SD la preocupa.
"La gente no lo dice, pero se nota, no les gustan los inmigrantes... Ven la televisión y piensan que todos los inmigrantes son iguales", dice a la AFP.
"Después de mis estudios, trabajaré en Suecia. Y mis primos, que son médicos, también trabajan y pagan sus impuestos, todo vuelve a Suecia”, recuerda. "Pero ellos no ven eso, solo ven a una o dos personas cometiendo delitos".
(V.Blanchet--LPdF)